Una multitud de soles,
palpita bajo mi piel,
desbordo en ti un río
de ardientes besos,
doblando su cauce,
chocando contra tus montes,
en el altar de Venus
desemboca su sensual torrente.
Nuestras informes ropas
regadas alrededor,
vanidosas prendas,
por el instinto derrumbadas.
El esplendor de tu desnudez,
ilumina esta noche mágica,
eres aun más bella sin atavíos,
¡Poesía transmutada en mujer!
¡Radiante musa!
me susurras al oído:
tómame, hazme el amor,
bajo esta luna llena,
fusionemos nuestras almas
y nuestro ser.
Bella y nocturna serenata,
que excelsa sinfonía,
la producida por dos amantes,
que bajo la luna argentina,
buscan el paraíso corporal.
El terremoto de tus caderas,
palpita sobre mí,
incita espasmos celestiales,
me aferro a ellas con delirio,
un estelar estallido se desata,
líquida y ardiente pasión
regando tu rosácea flor.
Tu cuerpo se estremece,
hasta la mas minúscula fibra,
como se estremecen
las hojas en otoño,
movidas por suaves ventiscas.
